Y llego el gran dia. La inquietud comenzo a notarse la misma noche previa al eclipse. El suenio era dificil de conciliar y los unicos comentarios giraban en torno al estado del tiempo, y a la impaciencia por llegar cuanto antes al lugar de observacion. Nos levantamos antes de que el Sol asomase por el horizonte y partimos a las 6 de la madrugada desde Hami con direccion a Yiwu, en las proximidades del campamento que el gobierno chino tenia preparado para la observacion del fenomeno astronomico.
Las primeras impresiones no dejaba lugar a dudas; iba a ser un dia excelente. A medida que avanzaban las horas en direccion al punto de observacion fuimos disfrutando de unos paisajes mas propios de los Alpes Suizos que de la China que hasta ahora habiamos conocido. Las montanias nevadas, junto a dunas de arena, campos de flores, lagos, vacas pastando, saturaban nuestras retinas y el jubilo iba creciendo a medida que avanzaban los kilometros.
Llegamos al campamento base sin ningun percance tras pasar varios controles de seguridad establecidos por el gobierno, justo a tiempo para disfrutar de la inaguracion oficial, por parte de las autoridades locales, que concluyo con el lanzamiento de unas salvas de ordenanza. Compartimos experiencias con otros grupos de observadores, venidos de todas partes del mundo.
El calor era casi sofocante en esta zona del desierto del Gobi, aunque en el cielo se dejaban ver algunas nubes de evolucion sobre las montanias del horizonte oeste.
Tras montar los equipos y varias horas de espera en la zona que nos habian reservado, comenzo el eclipse entre las nubes que iban cubriendo casi todo el horizonte oeste, hasta una altura superior a los 18 grados, lugar donde se produciria la totalidad.
La incertidumbre nos duro durante toda la totalidad y la tension llego a un momento extremo, cuando a falta de 5 minutos de la totalidad las nubes cubrian todavia el Sol de manera intermitente, mientras que el resto del cielo permanecia despejado.
Ante esta situacion, parte del grupo decidio abandonar sus equipos y salir corriendo campo a traves siguiendo la luz del Sol que iluminaba una colina proxima a menos de 1 km, mientras la otra parte permanecia en estado de tension en la zona elegida a priori de observacion.
Como por arte de magia, justo en el instante del segundo contacto, las nubes se disiparon y la tenue luz del anillo de diamantes ilumino a las miles de personas congregadas en la extensa llanura de Yiwu.
No hay palabras para describir tantas emociones reunidas en un instante tan corto. Como muestra exponemos estas imagenes, compendio de los cientos de fotogramas y minutos de video que tenemos registrados y que procesaremos a nuestra llegada a Espania.
Tras la finalizacion del eclipse, nos esperaban casi 4 horas de bus direccion a Hami, donde llegamos pasadas las 12 de la noche.
Los 11 miembros de SAROS 2008 tras la observacion del eclipse. Objetivo conseguido